
La historia que voy a relatar a continuación fue real, digna de Rumbo a lo Conocido, se trata del casamiento de mi suegra Teresa y mi suegro Osvaldo. Esa noche, la fiesta todo transcurría normalmente, llegaban los invitados al salón, recepción con stroberry, jugos, Bidú Cola o Canadadry,sándwiches de migas, canapés y todo aquello que hacia al folclore de la fiesta de los años 50, precisamente el 3 de Octubre de 1953. En una época donde los Novios llegaban a una hora razonable, y se iban temprano para la luna de miel, y los invitados como mucho se retiraban a las 3 de la mañana, y no como ahora que es una maratón gastronomica donde transcurre entre baile cena y ¨Chupi¨, con shows, salones suntuosos, terminando a las 6 de la mañana con suerte. Algo que se estilaba en ese momento, hasta entrados los años 70, era una tarima tipo grada escalonada, como una tribuna pequeña de madera, donde se exhibía los regalos, si, era algo típico de los casamientos. Contaba mi suegra que como regalo insólito había recibido un escobillón y compartía junto a otros regalos un lugar en dicha tarima.
Otra de las cosas que pasaban era encontrarse con gente que uno no conocía y tampoco se animaba uno a preguntarle quién era? a quién conocía o de parte de quién venia? Si del novio o la novia, en fin, esos eran y se llamaban los famosos ¨Colados¨ de las fiestas. Si, gente ajena que estaría sola o vaya a saber que le pasaba y casi deportivamente asistía aunque nadie lo invitara a comer gratis al casamiento.
Y esa noche sucedió lo inesperado… antes de llegar los novios o sea a poco de empezar la fiesta, fallece un invitado…! Que problemón!. A medida que los comensales se iban enterando de la mala nueva nadie se hacia cargo de lo sucedido, nadie conocía a tal persona, un hombre joven morocho de unos treinta años, más tarde se llega a la conclusión que era un típico ¨Colado¨ Y ahora qué hacemos? dijeron los hermanos de Teresa? No podemos arruinarle la fiesta con semejante regalito. Entonces ahí apareció el ingenio popular, mejor dicho a uno de sus hermanos, Robertose le prendió la lamparita y dijo ocultémoslo hasta que termine la fiesta, pero dónde???, preguntaron todos en coro, mientras uno de ellos se metía en la boca una salchichita envuelta en panceta rellena con ciruela, atragantándose por no darse cuenta que tenía un palillo atravesado…Roberto contesto… detrás de la tarima con regalos…!
Y así fue, la fiesta transcurrió en paz y armonía, con festejos, brindis, sándwiches de miga, sidra, champagne rosado y la tradicional torta con los novios de yeso en el centro, mientras que ese ¨Colado´ esperaba el momento de que alguien lo llevara a su ultima morada (sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando…) como dice el tango de Carlitos Gardel. Una vez terminada la fiesta, Roberto que era medico realizo el cerificado de defunción y lo retiraron. Mi suegra y mi suegro se enteraron una vez que regresaron de su luna de miel en Córdoba.
Que historia señores míos!
En fin…hechos, relatos, historias que superan la ficción. Bienvenido…, usted a cruzado el limite de Rumbo a lo conocido, chan chan!!!