¨ Cuando el cielo no viene a mi, yo voy al cielo¨, pareció decir el sacerdote católico Adelir de Carli, de 41 años, cuando por segunda vez decidió viajar en 1000 globos inflados con helio, para recaudar fondos para construir un Santuario del Camionero en Brasil.
De Carli emprendió el ascenso desde el Puerto de Paranagua, Brasil, provisto de barrita cereales, agua mineral y pastillas energizantes.
Con un traje térmico y un casco ya que llegaría a 500 metros de altitud (muy serquita de Dios)
De Carli llevo también consigo un celular y un rastreador UPS, sus ultimas palabras fueron: ¨Necesito hablar con alguien para que me diga como utilizar este aparato¨, me pregunto, como no se lo ocurrió practicar antes, o es que se lo vendió Telefónica de argentina?
En síntesis al sacerdote todavía lo están buscando, solo aparecieron los globos que lo llevaban.
Hay varias versiones sobre esta desaparición, una que huyo de Brasil por tener deudas fiscales y al escapar hacia argentina se entero del costo de nuestros impuestos y ¨se le pincho el globo¨, otra que lo vieron reaciendo su vida junto a la mujer amada en Paraguay, mientras para disimular y sobrevivir se hacia pasar como vendedor de globos en una plaza de Asunción.
Y los mas allegados y religiosos dijeron: Fue un llamado de Dios y el acudió sin dudarlo…¨
En fin, esperemos que aparezca vivito y coleando.
Como diría el negro Olmedo: ¨si no le tienen Fe…¨
Daniel Pereyra
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