
Empiezo a caminar hacia un altar de un santuario, es inmenso, pisos claros, pulidos, limpios y brillosos. Un lugar muy espacioso.
Sigo avanzando.
Sobre el altar una enorme cruz y Cristo en ella, ambos se dibujan en contra luz.
Me sigo acercando, comienzo a sentir un miedo viceral, el lugar es excesivamente aireado y empieza a soplar un viento muy fuerte por todos lados. Tan fuerte que comienza a elevarme y dejo de pisar el suelo, me sigo elevando y me desespero por no tener control sobre mi cuerpo, sintiendo a la vez una presencia negativa, siniestra.
El viento me sigue elevando y en mi ascenso lento voy recorriendo de frente el cuerpo de Cristo…
Siento un intenso miedo…, ya casi llego a su rostro que mira hacia abajo…
En eso me paralizo, el abre sus ojos y me mira, yo sigo subiendo y el viento hace que casi lo supere, pero antes de que eso suceda, saca sus brazos de la cruz y me abraza, me sujeta. Ya no me elevo más, me siento a salvo, aliviado, en paz…
Me despierto lentamente, abro los ojos, siento cierto frescor y paz, estoy sobre mi cama. Ya es de mañana voy a levantarme.
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Este relato fue un sueño que tuve en mi adolescencia, creo que entre los 10 y 12 años, no lo olvide jamás, dicen que los sueños tienen sus motivos y explicaciones psicológicas, puede ser, solo quise contárselos y quizás hacerles pensar cual fue el sueño que mas recuerdan ustedes, seguro que alguno tienen?, soy todo oídos, mejor dicho todo ojos, escribanlo...
Daniel Pereyra
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