Malos Aires sobre Buenos Aires

Ya hace una semana que estamos inmersos en una profunda nube de humo producida por una irresponsable quema de pastizales en la zona de San Pedro y alrededores, produciendo afecciones pulmonares como alergias, choques múltiples en cadena y eventuales cortes de ruta por la mañana y noche, un caos total…
Bueno para disipar esta niebla o humo los invito a imaginar…, total en los diarios en TV y en Internet la cruda noticia la tienen siempre y repetidas veces.

Imaginemos estar en la Ciudad Gótica de Batman donde archi-víllanos, se disputan el poder de la ciudad. Un villano sería el hombre-vaca representando al campo, el otro el gobierno con el pingüino, ya sabemos porque…la disputa de siempre, el poder!

Entonces, el hombre-Vaca, que puede ser D’Angelis (El vocero del campo), después de no conseguir todo los beneficios, baja de retenciones, impuestos, etc, para el campo, a pesar de haber realizado un paro agrario de casi veinte días, logrando cortes de ruta, incidentes y desabastecimiento, decide contraatacar con su mejor arma secreta: El pasto quemado!!!

El gobierno esta desesperado, perdón el pingüino, y decide mandar la noticia que todo esta bien, que es solo es una fumigación para matar bacterias…el pueblo no le hace caso, no le cree, mientras tanto el humo cada vez es mayor a punto de haber hollín en todos lados, es desesperanteeeeee!!!!.

El pingüino manda a los bomberos con unas mangueritas que poco puede hacer y se le ocurre otro comunicado para aquietar al pueblo, y dice: ¨Hay humo porque se confirma que Dios esta sobre buenos Aires y se le ocurrió fumar mientras disfruta de este hermoso país, así que tranquilos es una buena señal!!!¨

Alguien de la oposición le contesto: Si nos basamos que Dios es Argentino, quizás este fumando, pero seguramente ¨un porro¨ porque esta realidad es tan dura que no se la banca ni Dios¨!!!

Cómo termina esta historia? No lo se…toda historia de archi-víllanos dice: continuará en el próximo episodio….
Ahhh usted pregunta: Dónde están los heroes???
Son ustedes y yo. Chau

Daniel Pereyra